Imágenes que documentan el trabajo de Diego Rivera en el mural ‘El agua’, origen de la vida en la tierra en el Cárcamo de Dolores
Bosque de Chapultepec, Ciudad de México, 1951
Imágenes que documentan el trabajo de Diego Rivera en el mural ‘El agua’, origen de la vida en la tierra en el Cárcamo de Dolores
Bosque de Chapultepec, Ciudad de México, 1951
De ningún artista mexicano se ocupó Juan Guzmán tanto como de Diego Rivera. Ya fuera en el discreto papel de reprógrafo de su obra y de sus documentos biográficos o en el más visible de reportero —cuando informaba sobre sus trabajos en curso, convivios sociales, conferencias de prensa y demás apariciones públicas.
El mural El agua, origen de la vida en la tierra fue elaborado—según expresó Rivera—con pinturas impermeables y colorantes tratados con substancias especiales capaces de eliminar todas las impurezas del agua; y su composición fue pensada a partir de los efectos de movimiento que aportaría el torrente: “las bacterias del fondo, los trazos de las franjas, los vegetales y los peces cobrarán la vida ondulante que les comunique el agua” (“Las obras del Lerma en el arte de Rivera”, Tiempo, 20 de julio de 1951).
